‘Mayday’ Sidonia

Julia Alarcón / Diario de Cádiz

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Foto: Diario de Cádiz
Foto: Diario de Cádiz
  • SOS para el conjunto arquitectónico de Medina Sidonia, que presenta graves carencias en lo que a su conservación y mantenimiento se refiere

¡Mayday, mayday! Esa es la señal de socorro que parece estar mandando el patrimonio arquitectónico de Medina Sidonia ante la situación de abandono que está padeciendo por parte de sus titulares, propietarios y determinadas administraciones. No lo hace a gritos, pero casi. Lo hace a golpes… de desprendimientos. El derrumbe parcial que sufrió el convento de San Agustín hace poco más de una semana ha dejado en evidencia el mal estado en el que se encuentran determinados templos de la localidad jandeña.

En un empinado paseo por el ‘balcón de la provincia’ encontramos cerrada a cal y canto la Iglesia de la Victoria, precintada hace pocos días por el Obispado -sin previo aviso al Ayuntamiento- al haberse encontrado grietas en la cubierta. Al parecer, no existe riesgo de derrumbe ni está en peligro la seguridad de fieles y visitantes, pero se ha preferido optar por el cierre como medida preventiva.

Tampoco atraviesa su mejor momento la Iglesia de Santiago, cuyo presbiterio tiene problemas de filtraciones de agua. Además la fachada exterior presenta un aspecto bastante mejorable.

No corre mejor suerte la Iglesia de San Juan de Dios. Los azulejos de la cúpula del campanario están incompletos; las malas hierbas y los desconchones adornan paredes y tejados; un grafiti desluce la puerta de la entrada principal; y según ha denunciado una plataforma local ciudadana, el templo sufre también daños estructurales.

Colma el vaso de los desperfectos la Iglesia Santa María la Coronada, la prioral. Este monumento histórico artístico, Bien de Interés Cultural (BIC), tiene múltiples goteras que han causado estragos en la edificación a lo largo de este lluvioso invierno. De ahí que la parte superior de las columnas tenga humedades claramente visibles, que se suman a otras que aparecen a lo pies de uno de los laterales. Y es que la ubicación de esta iglesia, que se incrusta dentro de una colina, juega en contra de su propia conservación.

Teniendo en cuenta este análisis de situación, uno no puede más que preguntarse: ¿Quién es el responsable del mantenimiento del conjunto arquitectónico asidonense? La Ley y Reglamento del Patrimonio de la Comunidad Autónoma de Andalucía lo establece bien claro en su capítulo tercero: Las personas propietarias, titulares de derechos o simples poseedoras de bienes integrantes del patrimonio histórico andaluz, tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores. Así pues, en última instancia es el Obispado, como dueño de sus iglesias, el encargado de velar por la protección de éstas.

El delegado de Patrimonio de la Diócesis de Cádiz, David Gutiérrez, sacerdote destinado precisamente a Medina, ha explicado que «la Iglesia no tiene fondos suficientes para llevar a cabo proyectos de rehabilitación, pues las partidas presupuestarias destinadas a ello se han visto mermadas». Quizá no sea un buen momento para acometer planes de remodelación, más ahora que las labores asistenciales por parte de la Iglesia se han multiplicado a causa de la crisis. Ahora bien, un municipio como Medina, que vive -en parte- de su monumentalidad, no puede permitir que ésta se deteriore. «El pueblo, en general, ha pasado de su propia arquitectura, no ha respaldado este tema. Conozco otros pueblos en los que la concienciación es mucho mayor», declara David Gutiérrez, quien  asegura además que la conservación de los bienes culturales «es fundamental no sólo por el valor histórico de los mismos, sino también porque los propios trabajos de recuperación generan empleo, riqueza e inciden de forma positiva en el turismo local», elemento clave para el resurgir de la economía local, que, como todas, está padeciendo los efectos de la recesión.

«En estos tiempos de buenos deseos y poco dinero la solución al problema que sufre, no sólo Medina, sino el conjunto patrimonial de la provincia, pasa por la búsqueda de mecenazgo privado así como por una mayor implicación por parte de las administraciones», ha afirmado el delegado.

¿Cuáles son las administraciones a las que alude David Gutiérrez? Evidentemente, Junta de Andalucía y Ayuntamiento. De una parte, la responsabilidad del Gobierno autonómico se basa en tres ejes básicos: tutelar y controlar la conservación del patrimonio andaluz; sancionar a los titulares y propietarios que no cumplan con su obligación de preservación; y asesorar sobre aquellas obras y actuaciones necesarias  para su mantenimiento. Así pues, no le compete directamente acometer obras de restauración. No obstante, Junta de Andalucía e Iglesia tienen firmado un convenio marco para determinado tipo de intervenciones, «aquellas que conllevan un interés general para la sociedad, más allá de que se trate de un edificio protegido», ha declarado Fernando López Gil, delegado del Gobierno en Cádiz.

Además, «los Bienes de Interés General, los BIC, entran dentro de nuestro ámbito de actuación», argumenta. Por esta razón, los arreglos que precisa Santa María la Coronada -la prioral- sí son responsabilidad de la Junta, aunque actualmente es el colectivo Acisma (Asociación para la Conservación de la Iglesia Santa María Coronada) la que se está encargando de estas labores. Los miembros de esta entidad cobran a los visitantes 2,50 euros a la entrada del templo y destinan los fondos recaudados a tareas tales como la restauración de la sacristía, la rehabilitación de algunas tallas y cuadros, incluso a pequeñas obras para arreglar las goteras antes mencionadas. Dicen los integrantes de esta asociación que de no ser por ellos este templo, emblema de Medina, estaría cerrado al público.

Finalmente entra en escena la última administración implicada, el Ayuntamiento, que a pesar de no contar con unas acaudaladas arcas municipales es el organismo que mayor énfasis parece poner en la defensa de su riqueza patrimonial. Manuel Fernando Macías, alcalde del municipio, entiende que el Consistorio que encabeza «no puede hacer más de lo que ya hace». Con respecto a San Agustín, Macías asegura que a los cuatro meses de alcanzar la alcaldía ya encargó un informe para evaluar la situación del inmueble afectado; propuso al Obispado una permuta de terrenos a cambio del templo; reconoció el convento dentro del Plan de Protección del Casco Histórico de Medina Sidonia con el  nivel máximo de defensa… En definitiva, «hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano para evitar el derrumbe».

Hoy son los trabajadores de la empresa pública municipal Prodejemsa los que están ejecutando los trabajos de contención del muro de San Agustín. «Asumiremos las obras que sean necesarias, pero después pasaremos las facturas al dueño, esto es, a la Iglesia», añade el primer edil.

Su partido, Izquierda Unida, ha solicitado a nivel andaluz la puesta en marcha de un plan de revisión de los inmuebles propiedad de la Iglesia. A nivel local, Macías va a impulsar este mismo proyecto en la ciudad que gobierna. «El Ayuntamiento es el único que está dando la cara cuando realmente es el Obispado el que tendría que hacerlo», se queja.
Crisis económica, rebotes de competencias administrativas, dejadez, pasividad… Y mientras Medina sigue en situación de emergencia patrimonial. ¡Mayday Sidonia! ¡Mayday!

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